Cada aula española tiene al menos dos niños con trastornos de aprendizaje
Los más frecuentes son la dislexia, que afecta a entre un 5% y un 17% de los niños, y la hiperactividad, con una incidencia de entre un 8% y un 12%
Cada aula española de primaria y secundaria tiene, como mínimo, dos
alumnos que sufren un trastorno del aprendizaje, principalmente dislexia
y trastorno de atención. Esta es la principal conclusión del cuarto
informe Faros que elabora el Observatorio de Salud de la Infancia y la
Adolescencia y que esta mañana se ha presentado en el Hospital Sant Joan
de Déu de Esplugues de Llobregat.
Según el informe, el fracaso escolar se sitúa en
España en el 30% de la población de educación secundaria, un porcentaje
que supone el doble del que se registra de media en Europa.
La
responsable del informe, Anna Sans, ha destacado durante la presentación
que "el entorno del escolar y el sistema educativo son fundamentales
para el desarrollo del niño, pero también lo es su condición genética,
que puede provocar que desarrolle uno de estos trastornos". Sans ha
asegurado que "durante mucho tiempo esta variable no se ha tenido en
cuenta y no se han encontrado respuestas para el fracaso escolar de
alumnos que se esforzaban mucho y que no conseguían buenos resultados".
La
base genética y neurológica explica, según la autora del informe, los
problemas que tienen algunos alumnos para, a pesar de tener una
inteligencia normal, adquirir hábitos de estudio, mantener la atención o
controlar su conducta".
Según el estudio, en Catalunya este
curso hay como mínimo 57.000 alumnos con trastornos específicos del
aprendizaje y en el resto de España 385.000.
"El diagnóstico
precoz es fundamental para evitar otros problemas al alumno. Damos
respuesta a algo que le está pasando, adoptamos las medidas necesarias
y, de esta manera, evitamos que sufra y que pueda desarrollar otros
problemas", ha dicho Sans. La responsable del informe ha asegurado que
los niños con este tipo de trastornos "tienen un alto riesgo de fracaso
escolar, a pesar de su esfuerzo, y como consecuencia de ello sufren
trastornos depresivos y de ansiedad. Todo ello lleva a que tiren la
toalla al llegar a la secundaria".
Los trastornos más frecuentes
son la dislexia, que afecta a entre un 5% y un 17% de la población
infantil, y el Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH),
una anomalía del funcionamiento del cerebro que afecta a entre un 8% y
un 12% de los niños.
La responsable del informe alerta que las
personas con TDAH no tratada pueden desarrollar conductas adictivas y
sufrir inestabilidad laboral y familiar.
En el informe se
destaca la necesidad de crear protocolos que incluyan a todas las
personas y administraciones implicadas en la educación de los niños y
que permitan una detección y diagnóstico rápido de los trastornos.
Sans
destaca también el papel de los profesores en la detección de posibles
trastornos del aprendizaje y apunta que si un alumno a los ocho años no
ha conseguido los niveles esperados de lectura, escritura, cálculo y
capacidad de atención debe pasar una revisión para descartar que
requiera una atención especial y específica.
Una de las
propuestas que hacen los responsables del informe es flexibilizar los
diseños curriculares para adaptarlos a la diversidad de los alumnos, y
apuestan por individualizar la educación de los niños que requieran una
atención especial.
Por ejemplo, el informe propone que los niños
con dislexia tengan más tiempo para hacer un examen o que los alumnos
con TDAH reciban una supervisión más constante por parte de los
profesores.